Hay etiquetas en nuestros alimentos, medicamentos, ropa y tecnología. Nos proporcionan información importante que nos ayuda a tomar decisiones.
¿Con qué frecuencia leemos a conciencia esas etiquetas? ¿Cuánta información realmente absorbemos?, la respuesta es “muy poca”.
Hoy, las marcas brindan una experiencia de cliente desconectada. Confían en que los consumidores tomemos decisiones de compra y entendamos cómo utilizar un producto a partir de la información contenida en las etiquetas, los empaques y los exhibidores de productos tradicionales. Aunque muchos de nosotros tal vez leamos las letras pequeñas o visitemos el sitio web de la marca, usualmente compramos lo que ya conocemos o quizá lo que esté de oferta.
¿Qué sucedería si las etiquetas, empaques y exhibidores de productos fueran más inteligentes? ¿Si en vez de intentar descifrar las letras pequeñas para obtener información esos dispositivos inteligentes pudieran decirnos lo que necesitamos saber?
Los científicos e ingenieros de Xerox se encuentran analizando esas preguntas ahora mismo. Están conduciendo estudios innovadores que prometen incorporar elementos inteligentes como circuitos impresos y sensores en las etiquetas y empaques de productos que revolucionarán las operaciones comerciales y ayudarán a hacer realidad el Internet de las Cosas.
Imaginemos un mundo donde una simple repisa de cartón muestre la información del producto en una pantalla al momento de levantar un artículo o tocar un sensor. La tecnología integrada en el exhibidor detectaría la señal de tu smartphone y te dirigiría de inmediato al sitio web de la marca para consultar más información del producto elegido.
Esta experiencia podría continuar fuera de la tienda. Por ejemplo, el empaque inteligente en un medicamento podría recordar a los pacientes cuándo y cómo tomarlo. También enviaría información directamente a la farmacia cada vez que el paciente consumiera una dosis, cuando el medicamento necesite resurtirse e incluso sobre el estado de salud del paciente.
La marca y sus socios minoristas podrían entender mejor la manera en que los clientes interactúan con los productos. Sabrían qué productos compran y cuáles toman y vuelven a colocar en la repisa. Sabrían cuánto tiempo pasa el cliente frente al exhibidor y qué información considera importante. Todos esos aprendizajes podrían aprovecharse para mejorar el precio, descuentos y los futuros exhibidores interactivos.
A medida que estas tecnologías maduren surgirán nuevas oportunidades para quienes participan en la cadena de valor: desde los proveedores de servicios de impresión hasta las tiendas y los dueños de marcas que buscan crear una experiencia más significativa para sus clientes.
Publicado por MEXICO INDUSTRY.